Travessa 2025

Pollença, Viernes 11 de Abril de 2025. 20:00h

por Javi Robles

Llevaba mucho tiempo esperando este día. Algo me decía que estábamos a punto de vivir algo grandioso, algo casi mágico.

Batirse en duelo con la Serra de Tramuntana en toda su longitud, con esa orografía que simultanea belleza y exigencia física. Nos espera una distancia total de 123km, con un desnivel positivo de 5000m a completar en menos de 25 horas.

En la primer tanda de salida (la de los “cautos”), tengo a mi lado a veteranos de la talla como Sebastià Oliver, Biel Adrover, Sebastià Gaya, Eduardo Sánchez, la gran Elena Vera… por mencionar los primeros que me vienen a la cabeza. No puedo estar más emocionado ante lo que se nos viene encima. Solo deseo que Sara y Dino den inicio de nuevo a una carrera que nunca debió desaparecer del calendario.

Unos primeros kilómetros de llaneo cuando en el km 8 me hace darme cuenta que estoy en 2ª posición de carrera, momento en el que también preveía que la montaña me iba a poner en mi sitio. Como un funambulista de la ambigüedad, me doy cuenta que hasta en los momentos de soledad en el Coll des Prat en plena noche, soy capaz de solventar uno de los peores bajones físicos que recuerdo. Gracias al que está ahí arriba (y no me refiero al Todopoderoso, sino a aquel que siempre cuida de mí), consigo reponerme y llegar al avituallamiento de Sa Font des Noguer en 3ª posición de nuestra tanda de salida. A partir de ahí, salvaguardando la integridad física en alguna que otra ocasión, el cerebro entiende que he pasado lo peor, que lo que viene a continuación es algo que no se volverá a repetir, así que da la orden de hacer una carrera para recordar.

Tras cada avituallamiento me doy cuenta que estoy cada vez más entero, que voy en el TOP 3 de la que, hasta ahora, es la clasificación provisional. Pero entonces, cuando las agujas del reloj dan la 1h am, salen LAS BESTIAS a pasear. Y en sus filas, mis compañeros Santi Úbeda y David Guirao. No va más, que comiencen los juegos del hambre. Es cuestión de tiempo y de lógica que mi posición en la tabla cambie a la baja, más que nada porque aún no dispongo de recursos para pegarme con fieras.

Pero van pasando las horas… Llegan los avituallamientos en Sóller, Deià, Valldemossa, Esporles, Ses Cases de Planícia, Sa Coma d’en Vidal. Todos los avituallamientos son una concatenación tal de sensaciones y aprendizajes sobre uno mismo que difícilmente creo que se vuelva a repetir. Increíblemente, mi estado físico mejora conforme van pasando las horas. El mental ya no sabría cómo calificarlo.

Superamos la última subida de la prueba (Sa Coma d’en Vidal) y tras una fatídica bajada hasta Ses Cases des Galatzó, faltan solo 6km para llegar a meta cuando me percato que sigo en 3ª posición de mi tanda. Es entonces cuando me rebasa mi amiga Cati Vives (qué grande eres!!!) y me avisa que va en 2ª posición de la maratón. Verla tan fuerte me motiva aún más para intentar aprovecharla de liebre, pero qué va… son ya 115km en las piernas. Controla, chaval…

El momento clave está a punto de venirse encima. Llego a la Playa de Torà y enfilo la recta final de 50 metros hacia la meta. Me paro a abrazar a una de las mujeres de mi vida, necesitaba compartir esta felicidad con ella. Después de abrazar a mi madre y justo antes de cruzar la línea me paro a abrazar a los 2 ángeles que han estado cuidándome durante toda esta locura. Mis amigos Úrsula y Toni, permaneciendo en vela toda la noche, asistiéndome toda la carrera, tramo a tramo, kilómetro a kilómetro,… el cuerpo solo me pedía fundirme con ellos en el abrazo más grande y sincero que mi debilidad física me permitía. Espero poder transmitirles algún día que me han regalado una de las experiencias más increíbles, intensas y felices de mi vida. Aún no sé cómo agradecerles lo que han hecho por mí, pero encontraré la manera. Tiempo Total en Carrera: 19h 27m.

Finalmente y tras aglutinar las 2 clasificaciones de las 2 salidas resulta que mi puesto real fue el 35 de la general. Me da exactamente igual. No era mi guerra ni era para lo que había venido hasta aquí. Solo quería sentirme por una vez como una de esas fieras a las que admiro y observo desde la distancia.

Va a ser difícil dejar la montaña de lado durante unos meses para centrarse en otras cosas. Ya la echo de menos… De repente la ciudad huele demasiado a ti…


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